viernes, 14 de febrero de 2014

Capítulo catorce


Después de un par de semanas en las cuales Aeryn se había visto forzada a mentir y parecer de nuevo una familia feliz, sus padres la había dejado ir con “Gemma”. Eso sí, llevaba esas dos últimas semanas echando a Harry de menos visto que habían pensado que como sus padres odiaban a Harry, porque estaba claro que eso era así, cuanto menos rato supieran que estaban juntos, más oportunidades tendrían de que su plan saliese como querían. Así que ahí se encontraba ella, en el coche de Harry, mirándolo de vez en cuando como si no lo hubiera visto en años.

Acababan de llegar a Lynn. Harry la miraba esperando que dijera algo, que algo le sonara pero era imposible, no se acordaba de nada, era un sitio completamente nuevo para ella o al menos eso le parecía.

-Tranquila, aún no hemos llegado al centro. Quizá ahí recuerdes algo – susurró Harry en la oreja de Aeryn haciendo que se estremeciera al ver su frustración.
-¿Y si no me acuerdo de nada?
-¡Eh! – gritó por lo bajo, agarrando su mano para darle apoyo y fuerza -.  ¿Te acordaste de mí verdad? Y lo peor de todo, te acordaste de mi desastrosa hermana – bromeó pero se sereno rápidamente -. Volverás a recordar Aeryn, te ayudaré ¿vale? Como hasta ahora.

Los ojos de Harry miraban directamente a los de ella haciendo, junto con su mano, lo que más necesitaba ella en aquel momento, le daba fuerza, apoyo, esperanza.

-Como hasta ahora – suspiró.

Siguieron en el coche un rato más, tampoco mucho hasta que se pararon frente un chalet grande de una sola planta. Estaba cerca de la costa, de hecho, el jardín dejaba ver la playa en el fondo. Era realmente preciosa, blanca con un pequeño trozo, la que empezaba del suelo, cubierta con piedra gris. Tenía varias cristaleras que hacían que la casa fuera aún más acogedora y el techo estaba cubierto por tejas de color azul y el suelo de toda la parte exterior hasta llegar al jardín era de un color entre el naranja, el rojo y el marrón, el color que solían tener las tejas normalmente. Realmente acogedor.

Suspiró hondo y notó el olor a mar entrar en sus pulmones, el olor a fresco, olor a libertad.

~.~

Después de presentarle a Aeryn lo abuelos de Harry y deshecho las maletas cada uno en su habitación, Harry había ido corriendo a la de ella, su risa grave y sus fuertes pisadas acompañándolo la breve distancia que había entre sus habitación.

-Mira lo que he encontrado – dijo Harry con una sonrisa que le cubría la cara entera mientras miraba de un lado a otro, vigilando que nadie lo viera. Traía puesto un gorro de brillantes rosa junto con una bufanda de plumas del mismo color.
-¿Dónde has encontrado eso?
-En un cajón de mi armario, guardado en una caja.
-No sabía que te fueran estas cosas Harry – se rió Aeryn. Harry dudó un momento pero después sonrió y dijo:
-Me va tanto estas cosas que sé hasta bailarlo.
-No lo dices enserio.
-¿No me cree usted? Me ofende.
-Perdone usted. ¿Podría demostrar su gran talento oculto?

Harry sonrió aún más abiertamente de lo que había hecho antes al venir, por muy imposible que pareciera en aquel momento y empezó a bailar. Aeryn tuvo que sentarse en la cama de la risa al ver cómo Harry movía su cadera, sus piernas, sus brazos… su cuerpo entero intentando imitar a una bailarina de burlesque.

-Eres un estúpido – dijo como pudo aún riéndose.
-¿Perdona? ¿No te gusta cómo bailo?– Se hizo el ofendido.
-Eres el peor bailarín que he conocido en mi vida.
-¡Ah, no me lo puedo creer! – chilló con voz de pito -. Te arrepentirás de lo que has dicho.
-¿Si? ¿Qué piensas hacer?

Harry sonrió con malicia y salió un momento de su cuarto. No tardó mucho en regresar y cuando lo hizo traía consigo otra gorra roja con su bufanda a juego.

-No te lo crees ni tú – dijo como pudo Aeryn ya que la risa apenas le dejaba tiempo para respirar.
-Oh, sí que me lo creo.
-Oh, no. No lo haces.
-Ven aquí, Natasha – la llamó él mientras se acercaba con sigilo hacía ella, listo para rodearle con la bufanda.
-¿Natasha?
-Sí, no puedes ser Aeryn, las bailarinas siempre tienen nombre exótico, un nombre sexy.

Usando todo su empeño consiguió rodear por completo la bufanda por el cuello de Aeryn pero ella, en un vano intento de liberarse, se echó hacia atrás, cayendo así completamente en la cama, arrastrando con ella a Harry que aún agarraba con decisión el pañuelo. El chico cayó encima de ella mientras ambos seguían riendo. Cuando las risas cesaron, solo estaban ellos dos mirándose los ojos hasta que pasaron a mirarse los labios, algo que deberían haber intentado evitar. El corazón de Aeryn volvió a latir con más fuerza de la normal y sus respiraciones se entrecortaron.  Aeryn recordó el momento en la habitación de Harry, cuando habían estado casi en la misma situación en la que estaban ahora mismo y tragó nerviosa al recordarlo.

-¿Insinúas que mi nombre no es sexy?
-Es demasiado bonito como para rebajarlo a  sexy – se atrevió a decir él. Apartó un mechón de pelo de la cara de Aeryn y al hacerlo dejó que sus dedos siguieran dibujando el borde de su cara con suavidad. Sus ojos seguían el camino que sus dedos trazaban hasta que se pararon en sus labios.
-¿Te gusta mi nombre? – preguntó ella haciendo que los dedos de Harry se movieran por su boca al mover los labios.
-No sabría decirte cuántas cosas me gustan de ti.

Fue entonces cuando, con miedo, Harry acercó aún más su cara a la de ella. Primero se rozaron sus narices, acción suficiente para que ambos cerraran los ojos, y luego sus labios los cuales, no sabían desde hacía cuanto tiempo, se habían ansiado el uno al otro.

-No sabes cómo te he echado de menos estos días – susurró nuevamente él separándose un momento de ella.
-Si es la mitad de lo que te he echado yo de menos, ha sido una tortura.
Al escuchar aquello Harry se subió un poco más a la cama y volvió a besarla pero esta vez dejando el miedo al rechazo en otra parte,  profundizando el beso anterior y haciendo que sus cuerpos se juntaran al máximo. Notaba el pecho de Aeryn subir y bajar cada vez que respiraba al igual que ella notaba como sus piernas se tensaban cada vez que movía sus labios para besarla con intensidad. Se dejaron llevar por la sensación que aquel beso les producía.

Aeryn le quitó el gorro de la cabeza para poder hundir su mano en el cabello rebelde del chico, sintiendo los rizos acariciar sus delgados dedos. Harry por su parte no se quedó atrás y movió su mano hacia la parte trasera del muslo de ella, apretándolo. Instantáneamente Aeryn doblo su rodilla y alzó su pierna la cual acabó rozando la cadera de Harry. Viendo que Aeryn había respondido a su caricia Harry se situó un poco mejor en la cama, entre sus piernas y bajó su mano con fuerza y lentitud produciendo una descarga eléctrica a través del cuerpo de Aeryn hasta llegar a posarse en su culo. Era un beso ansiado, con fuerza, la fuerza que transmitían sus propias caricias, las cuales gritaban bajo sus pieles el largo tiempo que había tenido que esperar.

-Para no ser pareja tenéis mucha confianza, ¿no creéis? – les sorprendió una voz desde la puerta. Lo más rápido que pudieron, como si así fueran a evitar que los pillaran, se separaron y se sentaron en la cama viendo como una sonriente Gemma se apoyaba en el umbral de la puerta -. La cena  está servida tortolitos – Guiñó un ojo.
-Gemma… - empezó Harry pero su hermana lo interrumpió.
-Ni te molestes, estáis a salvo.

Harry sonrió mientras que Aeryn se dejaba caer nuevamente en la cama, tapando su rostro con ambas manos, muerta de la vergüenza. Sentía cómo sus mejillas ardían. Notó cómo Harry se movía y se tumbaba a su lado.

-¿No tienes hambre?
-Tengo vergüenza.
-¿Y eso por qué?
-Por favor Harry.
-Analiza las cosas Aeryn. Nos ha visto mi hermana la cual entiende perfectamente lo que es estar en mi lugar. Creéme si lo sabe – rió -. No va a decir nada.
-¿Seguro? – Aeryn movió dos de sus dedos hacia fuera haciendo que su ojo se asomara y pudiera verle la cara a Harry para saber si decía la verdad o no.
-Seguro. Igualmente si abre la boca, tanto ella como yo sabemos que tiene las de perder –rió aún más fuerte, estaba realmente contento. Ambos se sentaron en la cama.
-¿Por qué estás tan contento?
-Porque no sabes cuantas veces había pensado en hacer esto.


Harry volvió a acercarse a ella, posó su mano en un costado de su cara e hizo que se acercara a él para así poder volver a rozar sus labios con los de ella, creando un beso suave, rápido pero precioso.

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Dos comentarios chicas... ;( Pero bueno, he terminado ahora mismo los exámenes y me sentía con ganas de subir, espero de verdad que vosotras también os sentáis con ganas de comentarme este capítulo, que, por cierto, AL FIN SE HAN BESADOOOOOO. 
Sé que no ha sido nada del otro mundo, pero soy firme creyente de que los entornos nuevos te dan un nuevo comienzo o algo así y me ha parecido bonito y que narices, yo también quería beso, me siento baja de esos en la vida real jajajajajajaja
Volviendo a la novela y dejando de lado mi patética vida amorosa, espero que os haya gustado y que comentéis a lo grande.

Preguntas:

-¿Qué os ha parecido?

-¿Parte favorita de este capítulo? Si es que os ha gustado.

-La han dejado irse a LYNN!! ¿Por qué? ¿Qué creéis que pasará aparte del beso? Lo cual me lleva a la siguiente pregunta, 

-¿¡Y ESE BESO!? 

-¿Qué tal os cae Gemma? ¿Creéis que dirá algo? 

Siento que esté escrito algo mal, después de exámenes mi mente no está como para pensar correctamente jajajajaja 
Si no os avisé en el anterior o en este, decírmelo, y no os olvidéis de poner vuestro twitter al final del comentario.

GRACIAS POR TODO, OS QUIERO.