-¿A
dónde quieres ir exactamente? – preguntó Harry mientras andaba, aún cogido de
la mano de Aeryn, sin rumbo fijo.
-No lo
sé.
-¿Quieres
que te acompañe a casa?
-¡No! –
dijo tan rápido que hasta Harry se asustó –. Yo… - soltó su mano de la de él,
intentando buscar las palabras que decir – no quiero ir, es demasiado pronto
para volver ahí.
-De
acuerdo.
Anduvieron
nuevamente sin rumbo fijo un rato, en total silencio. Aeryn pensaba en lo que
le estaba pasando y en lo que significaría todo en conjunto. Harry por su parte
pensaba por qué parecía estar tan nerviosa.
-¿Sabes?
Puedes irte a casa, o de nuevo al club. Puedo estar sola.
-Eso ni loco.
-¿Por
qué no?
-No voy
a dejarte sola, de noche, un viernes, merodeando por las calles con cara de
haber visto un fantasma.
-¡Disculpa,
yo no tengo cara de haber visto un fantasma! – exclamó y sin haber estado
buscándolo, se le escapó una risa.
-Ya no
– La sonrisa de Harry se unió a la de ella, mostrando ambos unos pequeños
hoyuelos que hacían de su cara parecer ser una cara de un bebé, uno al que te
encantaría estirar de las mejillas -. ¿Puedo saber por qué has huido, por lo
que yo sé, de tu mejor amigo?
-Es… -
empezó – complicado.
-Sé que
puedo aparentar ser estúpido, pero de verdad – apoyó su mano en el hombro de
ella y la otra la colocó en su pecho, justo encima del corazón haciendo un
gesto dramático – que es solo apariencia. A veces hasta entiendo cosas
complejas – una sonrisa cansada dibujó ahora el rostro de Aeryn. Harry lo vio y
pudo deducir que había pasado algo lo suficientemente grave como para quitarle
las ganas de sonreír – Ven, vamos a sentarnos.
Aeryn
ni siquiera se había percatado de que habían entrado en uno de los parques más
famosos de Boston, el Boston Common. Miró atrás rápido, para asegurarse de que
estaba en lo cierto y era aquel parque. Un cartel negro pequeño con forma recta
y rectangular con un decorativo antiguo en forma de pico colgaba de un alto
poste del mismo color. Aún estando lejos pudo leer: Boston Common founded 1634
con letras doradas en contraste.
Harry
volvió a cogerle de la mano a Aeryn para así guiarla hacia uno de los bancos
colocados frente al río que traspasaba el parque, conocido como el río Charles.
Se sentaron en el banco en completo silencio y simplemente se dejaron
maravillar por la preciosa vista que tenían delante. El suave fluir del agua en
el río, el verde de la yerba extendiéndose por sus pies, los edificios mejor
cuidados de todo Boston alzándose al otro extremo del río como si alguien los
estuviera sujetando en alto para que parecieran aún más altos de lo que ya
eran. Una de las mejores vistas que se podía encontrar ahí.
-Siento
si te ha molestado que te lo preguntara – empezó de pronto Harry, sobresaltando
a Aeryn -. Obviamente no tienes por qué contarme nada. Simplemente había
pensado que podría ayudarte, ya sabes, lo de soltar lo que llevas dentro – sin
saber realmente cuando, Harry notó que había empezado a jugar con sus dedos
entrelazados, rozando suavemente los de ella como si le estuviera dando
consuelo.
-No… no
es eso. Es que aún no se lo he contado a nadie y todo va muy rápido y ni
siquiera sé qué es lo que está pensando – dijo lo más rápido que pudo
aguantando de pronto sus repentinas ganas de ponerse a llorar para que así él
no la viera, pero aunque no llorara, él podía ver el brillar especial de sus
ojos a la luz de la luna -. Ni siquiera sé en quién puedo confiar ya.
-Hagamos
una cosa, para que veas que puedes confiar en mí. Yo te contaré algo mío, algo
que llevo guardando desde siempre por miedo de que alguien hablara más de la
cuenta o simplemente por miedo a lo que podría pasar si lo contara y luego tú,
si crees que lo que te he contado se acerca en importancia o seriedad a lo que te pasa a ti, me lo cuentas – Aeryn
se lo pensó pero acabó por asentir -.
>>
Bien… Yo tenía unos siete años cuando todo pasó. Mi madre y mi hermana me
dijeron que se tenían que ir a hacer la compra que volverían enseguida. Un día
normal yo hubiera tenido que ir con ellas pero me puse enfermo y apenas tenía
fuerzas para mantener los ojos abiertos así que simplemente me acostó en la
cama, me dio un beso en la frente, me pidió que me portara bien y que si
necesitaba algo que la llamara, cogió de la mano a mi hermana y se fueron. Yo
sabía que tardarían un par de horas, siempre tardaban muchísimo en comprar todo
y al final siempre nos invitaba a unos helados – sonrió, lo cual le pareció muy
tierno a Aeryn -. Había pasado alrededor de una hora y no conseguía dormir,
estaba cansado pero no podía dormir. Me dolía mucho la cabeza, sentía como si
alguien me la estuviera metiendo en el horno y de pronto oí cómo se abría la
puerta principal.
>>Ojalá
hubiera estado dormido, todo hubiera sido mucho más fácil – Aeryn lo miró
confundida a lo que él siguió relatando -. Era mi padre, de eso no cabía duda
así que me levanté de la cama, tenía ganas de verle y que me abrazara, que me
dijera lo que siempre te dicen tus padres cuando estás enfermo o que me contara
un cuento, simplemente con que se quedara sentado en la cama hasta que me
durmiera me valía. Abrí la puerta de mi cuarto y oí unas risas. No había venido
solo – tragó -. Había una chica con él y no era precisamente el tipo de chica a
la que le presentas a tus hijos como tu mejor amiga, no. Era el tipo de chica
que intentas esconder a todo el mundo. Era su amante. Mi padre, el cual yo
creía que amaba a mi madre con pasión, le estaba poniendo los cuernos con una
cualquiera en nuestra propia casa. No pude evitar preguntarme por qué la trajo
a casa y caí en la cuenta que la casa siempre estaba vacía a esas horas, pues
siempre nos íbamos.
>>Una
semana después nos reunieron a Gemma y a mí en el salón y nos contaron que se
iban a divorciar. Yo había decidido no decir nada a nadie, guardármelo como si
hubiera sido una pesadilla, pero no lo era. Lloré, lloré como nunca antes la
había hecho. Aunque solo tuviera siete años era muy consciente de las cosas, al
menos eso era lo que todos me decían y siempre pensé que el amor era eso que
brillaba en los ojos de mis padres cada vez que se miraban, el abrazo o el beso
robado cada mañana antes de desayunar… Desde entonces no creo realmente que
exista amor suficientemente grande o verdadero ¿sabes?
>>Nos
mudamos aquí tiempo después, mi madre estaba nerviosa. Quería empezar de cero
con dos hijos.
-No… no
sé qué decir.
-No
digas nada. Yo te he confesado algo que ni siquiera sabe mi hermana, puede que
ni siquiera mi madre. Ahora cuéntame lo tuyo, veamos si confías en mí.
-Espera,
¿por qué me lo has confiado a mí entonces? Llevas más de diez años
ocultándoselo a tu familia. A mí apenas me conoces. ¿Por… por qué? – Harry la
miró, seguramente preguntándose lo mismo.
-No lo
sé. He sentido que ciertamente podía contártelo a ti, no me preguntes por qué –
rozó suavemente su brazo arriba y abajo – porque ni siquiera yo lo sé.
Aeryn
cerró los ojos un momento ante la caricia de Harry y suspiró, intentado coger
la fuerza de la cual carecía para contarle a Harry, un chico con el que solo
había hablado dos veces, lo que no le había contado ni a su mejor amigo de toda
la vida.
Lo miró
un momento, pensando que quizá eso le ayudara a saber si podía confiar en él.
Aunque ya se había fijado en su belleza en la anterior fiesta, tenía un toque
especial aquella noche. Podría ser el paisaje que lo rodeaba, la luz de la luna
que descansaba con suavidad en la piel blanca de él, haciendo que pareciera de
mármol, frágil, al igual que lo había aparentando contando su relato. Sus rizos
habían adquirido un brillo especial por la luz que le llegaba, haciendo que su
mirada se oscureciera. Era una mirada calmada que parecía intentar descifrar lo
que escondías.
No se
lo pensó más veces, respiró hondo una vez más y se dispuso a contarle, al chico
de los rizos rebeldes lo que no habías sido capaz de contarle a nadie.
-Todo
empezó con el trabajo que nos mandaron en anatomía sobre buscar información
sobre tus orígenes para así saber a qué enfermedades eres más vulnerable etc –
Harry asintió, sin saber qué relación podría haber entre eso y lo sucedido con
Thomas -. Y creía que estaba todo muy claro, solo tendría que ir a casa, pedir
un par de expedientes clínicos y encontrar alguna foto de mi familia, mis
abuelos, yo de pequeña… Solo hay un problema ¿cómo encuentras algo que jamás ha
existido?
-¿Perdona?
-Siempre
me dijeron que mis abuelos habían muerto cuando ambos eran jóvenes, que las
fotos se quemaron en un incendio que hubo en mi anterior casa, la cual he
estado investigando y ni siquiera existe. Claro que yo siempre creí que me
decían la verdad, ¿por qué iban a mentirme? Así que el día en el que puso el
trabajo, como no tenía nada que hacer, decidí buscar alguna foto, aunque no
tuviera muchas, alguna tendría que haber. Busqué, busqué y busqué, pero nada,
hasta que encontré una pequeña caja con combinación en el ático. Puse la
combinación que mi madre siempre pone a todo y dentro había fotos. Había fotos
de mis padres, de ellos con sus amigos, con sus verdaderos padres hasta había
alguna foto mía – sonrió por no llorar – Empecé a reírme ¿sabes? Ver a tu madre
con la ropa que se llevaba anteriormente, junto con tu padre, enamorados…
Encontré una foto mía montada en un caballo, ni siquiera recordaba haberme
subido jamás a ninguno puesto que mi madre los aterra pero aún así lo único que
se me pasó por la cabeza fue “Mili”. Así se llamaba el caballo, ¿sabes cómo lo
sé? Porque algo en mi interior me dice que fue mío.
>>Aún
así no le hice mucho caso a aquella foto, fácilmente podría estar desvariando.
Ya sabes, la niña que siempre soñó con su caballito. Así que seguí viendo
fotos. Paré en una que me llamó la atención. Era yo recién nacida en brazos de
una mujer a la que no se le veía la cara pero que dejaba ver su pelo rubio
platino y un pequeño tatuaje recién hecho en la muñeca. Me entró curiosidad por
saber quién era aquella mujer que, obviamente, tendría que conocer de algo. Di
la vuelta a la foto – sacó de su bolso la foto que describía, la cual llevaba a
todas partes -. Míralo tú mismo.
-“Aeryn y su madre. Lynn.”-leyó -.
No lo entiendo.
-¿Has tenido alguna vez la sensación de no estar
donde deberías? ¿De no saber realmente de dónde vienes? No tener nada en común
con los que se hacen llamar tus padres, no conocer tu pasado. Porque yo ahora
mismo sí – desvió la mirada de la de él, la sentía demasiado fuerte ante sus
barreras. Una lágrima bajó por su mejilla -. Tenía un mal presentimiento, algo
no iba bien desde hace una semana y no es la primera vez que lo he sentido.
Llámame loca si es lo que piensas. Además todo lo que parecía tan real de pronto
– alzó la mano al cielo cerrada y la abrió de golpe - ¡pum! Todo es mentira.
Harry le agarró la mano que había alzado al aire e
hizo que se volviera hacía él, que aunque no quisiera enfrentarse a su mirada,
seguramente lastimosa, lo tuviera que mirar. Puso una de sus manos con
delicadeza a un lado de la cara de Aeryn y le limpió la lágrima que se le caía
en aquellos momentos. Ella echó el peso de su cabeza a su mano, sintiéndose de
pronto terriblemente cansada.
-No todo tiene por qué ser mentira Aeryn.
-Todo en lo que creía lo es – Más lágrimas empezaron
a salir de sus ojos, incapaz de poder retenerlas más.
-Shhh, ven aquí – Harry la alzó y la colocó
rodeándole con las piernas en el banco a lo que ella se sonrojó y él rió. Cogió
su rostro entre sus manos y le besó la frente y quitó las lágrimas con las
yemas de sus dedos -. Empieza a creer en otras cosas, crea una nueva realidad –
Aeryn se rió, una risa algo irónica.
-¿Cómo puedo hacer eso? ¿En qué se supone que debo
creer? – Harry apoyo su frente en la de ella.
-Cree en mí – apenas era un susurro.
-Apenas te conozco.
-Y aún así te conozco mejor que muchas personas.
Aeryn
echó su cabeza al hombro de Harry y éste le abrazó la espalda como si su vida
dependiera en ello. Aspiró su aroma y se acercó más al cuello, haciendo que sus
labios estuvieran a pocos milímetros de éste.
-No sé
si eso es bueno. Acabaré espantándote.
-Te
insto a que lo intentes.
-¿Por
qué? ¿Acaso quieres que lo haga?
-No,
quiero que veas que no lo conseguirás. No conmigo.
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Bueno, quiero decir que hoy es mi cumpleaños y que por eso he decidido subirlo hoy, precisamente a las 1:31 am JAJAJAJAJA a mí sinceramente, me encanta este cap, me parece sincero, bonito... Pero lo importante para mí, ¿Qué os ha parecido a vosotras?
Como me gusta mucho este cap, os pediré GRANDES comentarios, como hago con los caps que me gustan jajajaja Os doy ideas para que desarrolléis:
-¿Qué os ha parecido la historia de Harry?
-¿Debería haber confiado Aeryn en Harry?
-¿Qué creéis que pasará ahora con Thomas? ¿O con todo en sí?
-¿Será Aeryn capaz de espantar a Harry? ¿O será Harry capaz de no dejar que lo espante?
PD: también soy gran fan de que cojáis vuestro extracto favorito del cap y me digáis por qué os ha gustado ese particularmente :)
PD: también soy gran fan de que cojáis vuestro extracto favorito del cap y me digáis por qué os ha gustado ese particularmente :)
IMPORTANTE
Recordad que si comentáis aquí, tenéis que poner @ y vuestro twitter para que yo sepa a quién tengo que twittear y avisar.
De verdad, muchas gracias por todo, un beso enorme :)
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