lunes, 15 de julio de 2013

Capítulo dos.

-¿Cómo es que te mudaste aquí? – preguntó Aeryn.

Harry y ella habían salido al pequeño jardín que rodeaba la casa de los Lauper llevando con ellos un par de vasos que iban tomando cada poco mientras miraban las luces de la ciudad a lo lejos. Se habían sentado en un pequeño quiosco hecho de madera blanca que había sido decorado por la mano de un experto jardinero con un tipo especial de flor blanca cuyas ramas y hojas se alzaban y se entrelazaban con la madera mientras crecían cada día un poquito más para arriba, como si quisieran llegar a tocar el cielo.
¿Era posible llegar a tocar el cielo? Aeryn echó la cabeza una vez más hacia atrás, admirando las estrellas tan brillantes que se podían ver aquella noche de octubre. Muchas veces se había preguntado si aquello era posible, si realmente se podría o, mejor dicho, en qué consistía realmente tocar el cielo. ¿Era necesario subir muy alto para tocar el cielo? ¿O se podría tocar el cielo estando en tierra?

-Un día mi madre vino nerviosa de trabajar. Dijo que la habían ascendido pero que para ello había que mudarse. Jamás entendí por qué venía tan nerviosa. Lo único que sé es que a la de dos días estaba metido en un avión rumbo a Boston.
-Sería por otros motivos.
-Eso pensé yo pero jamás dijo cuales. Ni siquiera admitió jamás que estuviera nerviosa.
-Supongo que a una madre no le gusta que sus hijos piensen que está nerviosa. Quizá los nervios se debieran a la mudanza, o al avión.
-Dudo que fuera por el avión. Siempre está volando de un sitio a otro – Tomó un trago de su vaso lleno de Martini con coca-cola.
-¿Cómo se siente estar metido en un avión? – suspiró-. Quiero decir, ¿es tan alucinante como dicen que es?
-¿Jamás has subido a uno? – ella negó con la cabeza. Harry tomó aire y siguió hablando como si estuviera perdido en sus recuerdos, con los ojos cerrados -. Todo depende de cada persona claro, hay gente a la que le asusta, otra a la que le encanta, otra que jamás se ha subido a uno – sonrió- y otra que se monta en un avión tantas veces que el simple hecho de sobrevolar la tierra no le altera lo más mínimo. A mí me encanta. Ese subidón de adrenalina cuando notas que los motores se ponen en marcha. La sensación de estar subido a una montaña rusa cuando empieza a levantar su torso para arriba, como cuando estás esperando la subida de una gran caída de la montaña rusa, esos segundo que se te hacen tan largos y tan cortos a la vez. Mirar por la ventana mientras todo se hace pequeño a tus pies.
-Tal como lo dices suena mejor incluso de cómo lo venden - El chico rió hacia su comentario dejando ver de nuevo sus dos preciosos hoyuelos.
Aeryn había estado observándolo mientras hablaba, aprovechando que tuviera los ojos cerrados. La forma en que sus rizos caían por su cabeza, empujados hacia atrás en un intento de que no le molestaran en la cara. La forma en que uno de ellos había conseguido escapar y dibujaba una perfecta espiral parecida a una escalera de caracol que terminaba justo al empezar el ojo cerrado. Esa pequeña línea cerrada por la que salían largas y onduladas pestañas oscuras que daban más profundidad a su mirada cuando ésta estaba abierta. Su nariz gruesa y ancha que hacía conjunto con sus labios algo carnosos de color rosado. El labio superior se escondía hasta convertirse en una fina línea cada vez que hablaba y al sonreír su cara mostraba una expresión despreocupada.

Por primera vez desde que lo había visto entrar por las puertas de su colegio Aeryn pensó que Harry realmente era atractivo. No de ese atractivo artificial que te impulsa a querer quitarle la camiseta y, algo sonrojada pensó, incluso algo más. No. El atractivo de Harry era completamente diferente. Era guapo, sí, pero era la forma que tenía para moverse, su sonrisa despreocupada, su actitud abierta, al menos aquella noche, que le ofrecía lo que le parecía realmente atractivo a Aeryn. Y es que la belleza artificial se pierde con la edad, o con un accidente, pero la belleza de verdad perdura una vida entera.

-¿Quieres bailar?
-¿Dónde? ¿Aquí?
-Si quieres podemos entrar dentro.
-No, no. Aquí está bien supongo.

Y así sin más preámbulos se levantaron y dejaron que el pequeño susurro de la música que provenía de la fiesta les acompañara sus suaves pasos meciéndolos como si de un pequeño bebé se tratase. Dejando que su suave sonido de mensaje oculto les entrara por los oídos y saliera por los pies.

~.~
Lunes. Aeryn se levantó, como siempre hacía entre semana, a las 6:00 am. Sus deportivas azules de color chillón descansaban en una esquina de su habitación morada contrastando con todos los demás colores vivos que adornaban el grandioso mural estilo collage que ella misma había pintado aquel verano en el que, a falta de no tener nada que hacer, empezó a hacer de todo.

Se levantó con un ágil movimiento y se puso unas medias largas negras especiales para correr junto con una camiseta de un tacto suave y elástico color azul a juego con las deportivas. Sacó su Ipod del primer cajón de la mesilla negra y se puso la música.

Respiro hondo antes de salir fuera y enfrentarse al frío matinal de Boston que a mediados del día se convertiría en una brisa calurosa y agradable. Bajó toda la calle cuesta abajo de Charles Street y se metió por una de las callejuelas que conducían a la calle Beacon Hill.

De nuevo aquella sensación – pensó. La misma que había tenido la noche de la fiesta cuando, al bailar con Thomas, sentía que algo estaba fuera de lugar. Se convenció a sí misma que estaba delirando y dio vuelta atrás para volver a casa. Subió las escaleras hasta su cuarto a grandes saltos y se metió en la ducha. Se secó, se vistió con el primer conjunto que le pareció aceptable y bajo, ya con la mochila a cuesta, a desayunar.

-¿Has ido a correr? – preguntó su padre.
-Hola a ti también – contestó cansada. Siempre era igual. A su padre no le interesaba para nada la forma trivial que tenían las personas para llegar al grano. Él siempre decía: “Si quieres saber algo o hacer algo, ve directo a él que si pierdes el tiempo, te lo quitan.” – Sí, sí he ido. Como siempre hago, como siempre he hecho.
-Bien.

Todo lo demás transcurrió en completo silencio. En un momento dado su madre le lanzó una naranja con rapidez y ella, sin ni siquiera esperárselo, la cogió en el aire cuando está estaba a punto de darle en la cara.
Su madre se disculpó diciendo que no se había dado cuenta de la fuerza que había usado y se marchó a recoger. Aeryn ya estaba acostumbrada. Su madre tenía algún tipo de enfermedad por la cual era incapaz de calcular la fuerza que usaba. Gracias a ello, desde pequeña había agudizado sus sentidos a manera de escudo.

~.~

-¿Qué tal anatomía? – preguntó una voz a sus espaldas. Se dio la vuelta y vio a Thomas sonriéndole como siempre hacía, haciendo que sus ojos se achinaran y se le formaran pequeñas arrugas alrededor.
-Aburrido como siempre. ¿Algebra?
-Dentro de poco me volveré disléxico – Ambos rieron ante su ocurrencia-. ¿A ti también te han mandado hacer un estudio sobre tu pasado familiar y juventud?
-Sí. Realmente no le encuentro sentido. ¿Para qué quiere saber John cómo era de pequeña? Lo demás lo entiendo, entiendo la relación que pueda haber entre mi pasado familiar y mi salud concorde a ello.
-Ya sabes que es raro. Además, siempre le has interesado más de lo normalmente permitido. Seguro que ha puesto este trabajo para tener imágenes tuyas.
-Eso es enfermizo.
-Tú piénsalo.
-Estás enfermo.
-No tanto como él lo está por ti.
-Oh vamos Thomas, tiene 20 años más que yo.
-¿Y? Eres mayor de edad. Ya nada le impide…
-¡Cállate! ¡Me estás dando asco!

El profesor John era su profesor de anatomía. Vestido muy juvenil era un hombre de unos 40 años que sabía cómo mantenerse en forma. Sus deportivas DC, vaqueros anchos atados a la cintura – gracias a dios – y sus polares de colores eran lo que más llamaba la atención a la gente. Pelo rubio liso, siempre para atrás, y gafas que tapaban gran parte de su rostro.
Aeryn volvió a casa y fue hacia la puerta de la cocina por la cual podía escuchar a sus padres hablando.

-Están cerca – Escuchó la voz de su padre.
-¿Cómo puedes estar tan seguro? – Escuchó esta vez a su madre. En su voz se podía notar un pequeño toque de angustia.
-Lo presiento. Algo no va bien.
-¿El qué no va bien? – preguntó ella entrando a la cocina. Ambos papá y mamá se asustaron ante su aparición, aunque ella lo asoció al hecho de no haber sido escuchada.
-Nada cariño, cosas de la fábrica.
-Están cerca – imitó la voz de su padre -. ¿Quiénes?
-Tu curiosidad acabará matándote – le reprochó su madre.
-Lo sé, lo sé. Y el día en que lo haga me acordaré de ti pero hasta entonces, ¿quién anda cerca?

Sus padres se miraron un momento como si estuvieran acordando mentalmente qué decir, como si la telepatía fuera real.

Aeryn los miró confusa. ¿Qué estaba pasando ahí?

-Los “enemigos” nos están haciendo la competencia. Dentro de poco abrirán una nueva fábrica junto a la nuestra y se estima una bajada grave en la compañía.
-Ahh – dijo ella sin saber realmente qué decir tampoco, porque estaba segura de que la habían mentido.
Dio media vuelta y se puso a buscar fotos de ella de cuando era pequeña. Tenía una hora hasta que la comida estuviera lista y de vuelta al no tener nada que hacer, hizo eso. Ella ya sabía que sería bastante complicado encontrar nada visto que su anterior casa, según le había contado su madre, se había incendiado haciendo que gran parte de sus memorias desaparecieran con el fuego. Miró los álbumes de fotos que guardaban en el salón encontrando solo un par que fueran útiles para ella, de cuando tenía 6-7 años, pero necesitaba fotos incluso de cuando era bebé.
Subió a la segunda planta y empujó la escalera que se escondía en el tejado hacia abajo, haciendo que pudiera subir al desván. Su casa siempre estaba ordenada a la perfección y cada vez que su madre veía algo que era completamente innecesario estar enseñándolo por la casa, lo subía allí por lo que le pareció de lo más inteligente subir a investigar ahí.

Todo estaba oscuro y medianamente sucio. Encendió una pequeña bombilla que colgaba de una de las vigas de madera que sostenían el tejado y empezó a buscar. Encontró muñecas, ropas, viejos trofeos de su padre pero ni rastro de ninguna foto. Siguió buscando hasta que se paró al encontrar una pequeña caja con combinación escondida tras unas viejas revistas. Eran cuatro dígitos. Por la decoración floral que cubría la caja dedujo que se trataba de una propiedad de su madre. Siempre usaba la misma contraseña para todo: 0208. Obvia. Abrió la caja y encontró, con mucha suerte, montones de fotos del pasado de su madre, los cuales también le eran útiles.

Empezó a reír mientras veía, con rapidez, las diferentes poses y ropas que lucía. Hasta que se paró en el comienzo de una nueva hilera de fotos, las fotos de un bebé y de una niña de unos 4-5 años. En todas las fotos solo aparecía ella, en los columpios, en la playa, hasta montada en un gran caballo negro. Uno alto que parecía veloz y fuerte. “Mili” – pensó al instante. Sonrió para sí misma y siguió mirando las fotos. Cada foto que pasaba se adentraba más en los años, era como ir hacia atrás en el tiempo.

Paró en una foto que le llamo la atención. Era ella, de eso no le cabía duda alguna puesto que era el mismo bebé en todas las fotos. Estaba envuelta en los brazos de una mujer, aunque no se le viera la cara, notoriamente joven. De los hombros podía ver el rubio platino de su pelo liso caer hacia delante, hasta llegar a tocar uno de los brazos del bebé que parecía estar jugando con su pelo. Miró su muñeca y vio que tenía un tatuaje, unas letras. Ponía “ R.F “ en cursiva y podía verse que era reciente por el tono rojo de la piel alrededor de ésta.

Dio la vuelta a la foto, con curiosidad – la que siempre tenía – para ver si venía alguna información de la chica que la sujetaba que de algún modo, ella conocía. Sintió como se le helaba las sangre por las venas cuando leyó: “Aeryn y su madre. Lynn.”
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Sé que no es gran cosa, pero os recomiendo que os quedéis con la información que os he proporcionado en este capítulo que además, es largo.
Estoy bastante contenta con el número de personas que parecen estar dispuestas a ayudarme a cumplir mi sueño de llegar a más, espero que me ayudéis durante todo el camino a decir verdad.
Contestar: ¿Qué creéis que pasará? ¿Os parecen monos Harry y Aeryn?

Un beso a todas, gracias. Os quiero mucho ^


10 comentarios:

  1. Monos no, lo siguiente *-*
    En cuanto a lo del trabajo...me parece que hará que Aeryn averigue cosas que ni se imagina sobre ella...
    Espero que subas pronto, me tienes intrigada :)

    Un besito.

    @SaraiLoveSlayer

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  2. Me perdí. ¿quién es Mili? Ya quiero ver que va a pasar después de lo que vio en esa fot asdfghjk. Harry<3 -@Stephany_Berna

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  3. Me encanta, espero el siguiente capítulo con ganas^^ xx

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  4. A mi me has dejado super intrigada, necesto más, asdfghjklñ. JAJAJAJAJA
    Y si, son adorables Harry y Aeryn :))
    Necesito siguiente pronto, por favor :3
    Un besazo. Soy @smileformejeybi

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  5. ASDFGHJKLÑ son super monos ellos, me he quedado intrigada con lo del trabajo ya que se van a descubrir muchas cosas.
    Me encanta.Siguienteeee
    @jaquesa1D

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  6. Wow que lindo Harry y Aeryn tan romantico lo del baile,siguela pronto please me dejas con la intriga de saber que hara ahora Aeryn ya que descubrio las fotos de ella y su verdadera madre.
    @alondra_valdez5

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  7. Dios me ha encantado como has descrito a Harry,parecia que lo pudiera tocar y todo*-* Me encanta la intriga que tiene,es ese algo que te impulsa querer más y más y más, realmente increible asdfg:3
    Siguela rapido porque me encanta y no puedo esperar mas. Me encantaria escribir como tu chica! Te quiero mucho,lo sabes,no? besos♥
    @nefilimOnfire_

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  8. Hola,soy @Cris1D_Styles, yo lo estoy flipando. En serio, escribes increiblemente bien. Y la manera en que has descrito a Harry, dios, he llorado, porque lo ves tal y como yo siempre lo he visto, y ay. ¡Me encanta, y la verdad es que estoy muy enganchada! Avisame por twitter para el siguiente, plis, gracias.

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  9. Oh dios mio, me dejo con la intriga. Quiero saber que le diran los padres ahora, sigue y si, me encanta la pareja de Harry y Aeryn<3

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  10. Por que me dejas con la intriga? QUIERO MAAAAS LEIREE! Tiene muy muy buena pinta esta novela, asi que ya sabes preciosa, síguela sin ninguna duda! Y siento la tardanza!

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